
Mi abuelito, tenía la costumbre de registrar todo lo que pudiera, primero, a través de sus diarios que escribió por no menos de 30 años, después, a través de grabaciones en cassettes, ya tan rudimentarios en esta época.
Contaba acerca de todo, principalmente de lo que hacía, con el lujo del detalle de la fecha y la hora, aunque sí, ignoro si por la edad o por esa obseción al detalle, repetía una y otra vez el mismo evento. Creo que ya cuado uno llega a cierta edad, se regocija en recordar una y otra vez, un mismo evento. Yo no necesito llegar a esa edad, ya que vivo en el pasado.
Una mañana, teníendo yo unos 14 años, quizá menos, visité al abuelo a su habitación, ya que nuestras casas son continuas. Lo encontré escuchando uno de sus cassettes recién grabados.
Contaba acerca de su vida. Me senté a su lado y sin contenerme, empecé a llorar.
-¿Y ´ora? - Me preguntó mi abuelo- ¿Qué tienes Janecín? (Como cariñosamente me decía).
-Abuelito...perdóneme... es que... me pone triste escucharlo así...
-¿Y eso porque?
-Es que... siento que cuando lo escuche así, será cuando usted se haya muerto...
Mi abuelo se echó a reír a carcajadas.
-Uyyyyy! Si serás Bartola, para eso falta mucho todavía, no ves que yo estoy "juerte".
Aún así, esa sensación de pérdida no desapareció. No me atreví a acompañarlo más en la revisión de sus cintas.
Ayer en la noche, sin embargo, revisaba sus cosas, en su habitación, contigüa ahora a la mia. Disfrutaba el aroma de sus ropas, la sensacion de tocar lo mismo que el tocaba, de sentirme en su espacio. Encontré algunas de sus cintas. Había una que decía: "Para cuando esté muerto..."
Necesitaba escuchar a mi abuelito, sentirme cerca de él como cuando niñita, me contaba las historias del tío conejo o de su vida. Me acurruqué en un diván y me dispuse a escucharle desde la cinta: su voz pausada, sus detalles, su discurso tranquilo...
Ya son dos semanas que el abuelo se fue con la abuelita. Dos semanas que extraño su voz, su risa, sus debates conmigo y su compañia. En su cinta nos dijo: "Donde quiera que esté, voy a estar feliz...".
Yo también soy feliz de haber tenido un abuelito como usted.
Para cuando esté muerto.
ResponderEliminarSiempre es asombroso dialogar con adultos mayores sobre el tema de la muerte.Por regla general las personas que vencido a la muerte durante muchoa años tienen una actitud serena. Como tu abuelito que suponía que estaría en un lugar feliz,en el cual él sería feliz.
Hermoso mensaje.
Que nos impide ser felices aquí y ahora?