lunes, 2 de noviembre de 2009

Amor a través del recuerdo



Mi abuelito, tenía la costumbre de registrar todo lo que pudiera, primero, a través de sus diarios que escribió por no menos de 30 años, después, a través de grabaciones en cassettes, ya tan rudimentarios en esta época.

Contaba acerca de todo, principalmente de lo que hacía, con el lujo del detalle de la fecha y la hora, aunque sí, ignoro si por la edad o por esa obseción al detalle, repetía una y otra vez el mismo evento. Creo que ya cuado uno llega a cierta edad, se regocija en recordar una y otra vez, un mismo evento. Yo no necesito llegar a esa edad, ya que vivo en el pasado.


Una mañana, teníendo yo unos 14 años, quizá menos, visité al abuelo a su habitación, ya que nuestras casas son continuas. Lo encontré escuchando uno de sus cassettes recién grabados.

Contaba acerca de su vida. Me senté a su lado y sin contenerme, empecé a llorar.

-¿Y ´ora? - Me preguntó mi abuelo- ¿Qué tienes Janecín? (Como cariñosamente me decía).

-Abuelito...perdóneme... es que... me pone triste escucharlo así...
-¿Y eso porque?

-Es que... siento que cuando lo escuche así, será cuando usted se haya muerto...

Mi abuelo se echó a reír a carcajadas.


-Uyyyyy! Si serás Bartola, para eso falta mucho todavía, no ves que yo estoy "juerte".

Aún así, esa sensación de pérdida no desapareció. No me atreví a acompañarlo más en la revisión de sus cintas.

Ayer en la noche, sin embargo, revisaba sus cosas, en su habitación, contigüa ahora a la mia. Disfrutaba el aroma de sus ropas, la sensacion de tocar lo mismo que el tocaba, de sentirme en su espacio. Encontré algunas de sus cintas. Había una que decía: "Para cuando esté muerto..."


Necesitaba escuchar a mi abuelito, sentirme cerca de él como cuando niñita, me contaba las historias del tío conejo o de su vida. Me acurruqué en un diván y me dispuse a escucharle desde la cinta: su voz pausada, sus detalles, su discurso tranquilo...


Ya son dos semanas que el abuelo se fue con la abuelita. Dos semanas que extraño su voz, su risa, sus debates conmigo y su compañia. En su cinta nos dijo: "Donde quiera que esté, voy a estar feliz...".


Yo también soy feliz de haber tenido un abuelito como usted.